





El 25 de noviembre, en conmemoración del asesinato de las hermanas Mirabal en República Dominicana, se celebra en todo el mundo el Día para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Los Dragones y las Dragonas de Lavapiés somos un club de fútbol que trabaja activamente en esta causa. Lo hacemos jugando a fútbol pero también de otros modos: participando en las luchas de las mujeres organizadas en torno al 8M en el barrio y desde hace un año, en colaboración con la organización Intered, en un proyecto pionero en el fútbol de nuestro país.
Según La Declaración de la Eliminación de todas las formas de Violencia contra las Mujeres de Naciones Unidas (CEDAW 1993), “la violencia contra las mujeres es una manifestación de las desiguales relaciones de poder históricas entre hombres y mujeres, las cuáles han llevado a la dominación y discriminación sobre y contra las mujeres por los hombres y ha impedido el adelanto pleno de las mujeres(…)”.
Cuando abrimos las inscripciones para formar parte de Dragones hace ocho años, sólo cinco niñas entre ochenta niños se unieron a nuestros equipos de fútbol.
Ana Sánchez, co-fundadora del club tenía claro que esta situación debía cambiar y que el fútbol femenino debía estar en nuestra estrategia de crecimiento. Pero, por otra parte, el contexto social era tan desfavorable para las chicas en el fútbol que a menudo como madres, padres y adultos responsables sentíamos que era exponerlas a demasiada presión. “¿La niña se va a poner en la portería?, “¿juega la niña?” preguntaban con cierto nerviosismo y sin ocultar su rechazo algunas otras madres. También los niños, si perdían un partido, culpaban con un enfado injustificado a sus compañeras siendo muy difícil reprimir esas reacciones.
PRIMERAS ACCIONES BUSCANDO LA IGUALDAD
La política de Dragones era dar cálidamente la bienvenida a todas las niñas y eximir del pago de la cuota de 10 euros (igualmente voluntaria para los chicos). No obstante, en las circunstancias descritas, las niñas que se unían eran nadadoras a contracorriente.
Diseñamos una campaña inspirada en un grito coreado en las manifestaciones del 8 M (“abajo las “barbies”, arriba las “barriguitas””) y creamos un cartel con una “barbie” animadora diciendo “¿De verdad vas a animar? ¡anímate tú y ven a jugar!”. Pero el cartel no tuvo ningún resultado.
Ligeramente más efectivas fueron las invitaciones continuadas a las niñas que, en el parque del Casino de la Reina, se quedaban mirando en los márgenes del espacio de juego en los entrenamientos. Unas pocas niñas más empezaron a participar en los entrenamientos.
El problema llegaba en los partidos de liga. Aquí la tensión por la competición era mayor y la participación de las chicas no era un criterio para los entrenadores. Aunque desde el inicio tuvimos entrenadoras mujeres, eran minoría (dos entre ocho) y la realidad era que las niñas estaban mucho más tiempo en el banquillo. Los tres primeros años, las niñas se mantenían en los equipos pero no aumentaba el número ni la proporción.
EMBAJADORES 18, UN ESPACIO SEGURO PARA LAS CHICAS
El verdadero cambio en la participación femenina en el club llegó gracias a las madres que tras años de acompañar a sus hijos decidieron jugar ellas mismas. Además fue clave tener un lugar donde entrenar, un solar, el de Embajadores 18 que cumplía los requisitos de un “espacio seguro”. Se crearon horarios y entrenamientos específicos para niñas y mujeres y al mismo tiempo empezaron a apuntarse niñas en los grupos de 5 y 6 años.



Según define la organización internacional Women Win, “un espacio seguro es un ambiente donde las niñas y muchachas se sienten física y emocionalmente seguras. Es un lugar donde están protegidas de daños corporales, incluido el abuso sexual y lesiones evitables por el deporte. En un espacio seguro, las niñas y muchachas sienten la libertad de expresarse abiertamente en un entorno confidencial, sin temor a ser juzgadas o la intimidación (…) En última instancia, la definición de un espacio seguro depende de cómo las niñas y muchachas se sientan dentro de ese espacio, por lo tanto, el espacio físico del programa debe ser constantemente evaluado y adecuado por las personas líderes del programa y por las niñas y las muchachas”.
Según la experta Martha Brady, los espacios seguros para el deporte femenino cumplen estos requisitos:
-Libres de amenazas físicas y emocionales.
-Privados y confidenciales.
-Culturalmente aceptables para los padres/madres y responsables pero libres de sus presiones también.
-Convenientemente ubicados y en lugares familiares para las personas participantes del programa.
-No están sujetos a instrucciones de hombres sin ninguna relación con el programa o a figuras de autoridad no deseadas.
Embajadores 18 no sólo es un espacio físico, ubicado en el centro de la ciudad, fácilmente accesible, con una valla protectora y un gran graffiti con una mujer como protagonista y la frase de Rosa Luxemburgo “Socialmente iguales, humanamente diferentes, totalmente libres” escrita en grandes letras. Es también un espacio construido por y en la comunidad y con una historia.
Mujeres de todos los países del mundo juegan a fútbol en ese campo gracias a su propia iniciativa. Coincidiendo con la tendencia mundial en el fútbol profesional y con las reclamaciones de igualdad de género, el ayuntamiento de Madrid decidió apoyar con un proyecto, “Fútbol y género” que se reedita por quinto año. Todos estos factores desencadenaron una mayor participación de niñas en los equipos infantiles de Dragones, llegando a ser casi un tercio de los deportistas. Una mejora significativa que buscamos superar.
La filosofía del programa encaja con estas palabras de Women Win:
“Cuando las niñas participan en el deporte, desafían el núcleo de la violencia basada en género: la inequidad, el patriarcado y los rígidos roles de género. Más allá del reto social, la aplicación del deporte en la lucha contra la violencia de género es práctica. Físicamente, cuando las niñas juegan, se vuelven más fuertes y saludables. Desarrollan una mayor propiedad y comprensión de sus cuerpos. El éxito que experimenta una niña en el campo deportivo se traduce en su confianza en sí misma fuera del campo deportivo. La fortaleza física y emocional que ofrece el deporte puede ser una fuerza positiva para reducir el riesgo de que una niña experimente violencia de género”.





LAS DRAGONAS DAN UN PASO MÁS
En 2021 decidimos diseñar un programa específicamente para luchar contra la violencia de género.
Según la Organización Mundial de la Salud, “la violencia masculina es un comportamiento aprendido y los hombres son socializados, en gran parte del mundo, para ser violentos. El uso de la violencia en los hombres es en sí mismo por lo general, parte de una afirmación de las normas masculinas y las masculinidades, además de ser parte de una estructura de poder en que los hombres con más poder (por ejemplo, hombres mayores y hombres, los hombres de las clases dominantes) someten a los muchachos más jóvenes y hombres, con violencia”. Por esta razón el proyecto de Dragones con Intered y el apoyo de la Fundación La Caixa, además de buscar el empoderamiento femenino, se ha enfocado en los equipos masculinos. Los adolescentes han recibido formación específica sobre igualdad de género en talleres impartidos a pie de campo de fútbol por las formadoras de Intered, quienes han evaluado sus conocimientos y actitudes frente al machismo, la identificación y naturalización de las violencias de género y su papel para promover la igualdad en su entorno.
También han trabajado para identificar las causas de la VdG y el papel que juegan para su erradicación, desde un enfoque socioafectivo e intercultural y una metodología participativa. Se han realizado ejercicios encaminados a la deconstrucción de los estereotipos de género masculinos para abordar problemas detectados en el barrio vinculados con conductas de riesgo asociados a la masculinidad hegemónica (adicciones, pertenencia a bandas, violencias machistas, etc).
Además, los entrenadores y entrenadoras de Dragones han realizado sesiones específicas de formación con Intered y hemos reflexionado sobre situaciones que son frecuentes en el deporte desde una perspectiva de género.
Durante el campamento de verano tuvimos la oportunidad de crear una canción con la freestyler Erika dos Santos que recoge algunas de las ideas de chicas y chicos sobre la igualdad de género.
Creemos que los aprendizajes de este proceso nos ayudarán a crear un club más justo y también una sociedad mejor. La alianza con Intered ha sido muy positiva y estamos convencidas de que estos programas son necesarios en el fútbol formativo y deberían extenderse.







Brady, Martha (2005). Creating Safe Spaces and Building Social Assets For Young Women In The Developing World: A New Role For Sport. Women’s Studies Quarterly 2005, vol.33, no.1&2, pp. 44-45World Health Organisation (n.d.). Why engage men in the fight to end violence against women and girls?http://apps.who.int/gender/topics/why_engage_men/en/index.html