Un byeri del Museo Nacional de Antropología se convierte en trofeo
Hace unas semanas, una veintena de niñas y niños con camisetas de fútbol y una quincena de procedencias nacionales diferentes invadieron el tranquilo edificio del Museo Nacional de Antropología para encontrar el trofeo por el que competirían unos cuantos equipos de fútbol.
El director del Museo, Fernando Sáez les recibió bajo las columnas de la portada clásica del museo y les presentó al equipo de mediación. Realizaron tres talleres: uno para conocer los fondos del museo y elegir la pieza, otro para discutir las normas del futuro torneo y el último para hacer una pancarta.
El Museo Nacional de Antropología lidera el programa “Museos como referencia intercultural dentro del plan estatal Museos más Sociales” y desde hace años ha realizado un gran esfuerzo por modernizar el discurso que comenzó a escribir el decimonónico doctor Velasco. Los Dragones son niñas y niños del barrio de Lavapiés que juegan al fútbol, encarnan la diversidad y forman parte de la iniciativa de Naciones Unidas para conseguir 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible antes de 2030.
Los futbolistas, guiados por Álvaro Galán eligieron una pieza que encierra una gran simbología: eligieron un eyema byeri, una estatuilla fang que servía para cerrar un relicario con los huesos del cráneo de los antepasados. En Guinea Ecuatorial los fang, etnia mayoritaria, llevaban estos relicarios para tener la protección y el consejo de los antepasados, reforzando el sentido de pertenencia e identidad. Durante los tiempos de la colonia española estos byeris eran obligatoriamente reemplazados por cruces.
El byeri fue escaneado y, una vez digitalizado, impreso en 3D. Se imprimió en colores vivos y pasó a tener un nuevo significado: el del respeto por la diversidad y por el espíritu de pertenencia al equipo.
Durante los talleres los niños discutieron normas de participación, como se hace habitualmente en los torneos de fútbol 3 o fútbol para el diálogo. Que todos los equipos sacasen a todos los niños y niñas y que se acotase el tiempo de posesión fueron las reglas que negociaron. Pero finalmente el torneo se jugó con las reglas habituales, algo que también fue propuesto por varios niños.
Alrededor de 500 personas disfrutaron el sábado 29 de septiembre de una mañana de fútbol en el Retiro. Equipos femeninos (Alacranas), equipos “contra el fútbol moderno” como el Atlético Club de Socios, de barrio como el Rácing Loranca o federados como el FPA Las Rozas jugaron con los equipos de Dragones.
El profesor del grupo de investigación psicosocial del INEF Javier Durán acudió con un equipo senior entrenado por Marta, una de sus alumnas, compuesto por refugiados africanos de la organización SERCADE y se enfrentaron al equipo de amigos africanos de Babow Jallow, entrenador de Dragones.

Fue una mañana de emociones y símbolos en la que el director del Museo no se cansó de explicar en español y en francés, en las distintas entregas de trofeos realizadas cuál era el significado del trofeo y de una palabra que inspira tanto las exposiciones del museo relacionadas con África como a los Dragones: el ubuntu. Este es el nombre de la filosofía africana que Desmond Tutu y Mandela ofrecieron al mundo y que consiste en entender que “yo soy porque nosotros somos”.
El torneo está inscrito dentro de las “Action Weeks” de la organización internacional contra la intolerancia en el fútbol FAREnet: “No a la discriminación, sí a la igualdad” es el lema de la campaña a la que el museo y Dragones se suman.