Football Makes History, los dragones vuelan a Rotterdam

Conocer la historia es saber quiénes fuimos y también quiénes podemos llegar a ser. En el mundo del fútbol la identidad no siempre se construye de forma positiva. A veces ser de un equipo conlleva ser «anti» alguien, «anti-otro equipo». Y ahí ya se detecta un problema. A veces un grave problema vinculado con los delitos de odio.

Volé a Rotterdam en Holanda a principios de febrero. En esta ciudad de canales y grúas, de rascacielos y barcos-casa, de diseñadores y estibadores… el equipo más importante se llama Feyenoord y su estadio «De Kuip» («la bañera», por su diseño redondeado). En «De Kuip» nos reunimos un grupo de profesores de historia y periodistas para participar en el programa europeo «Football Makes History», convocados por la red de fútbol contra la discriminación, FARE y la red de historiadores Euroclio. El objetivo de este programa Erasmus + en el que participan también entidades como la Anna Frank House, es crear contenidos educativos a partir de las historias del fútbol con el objetivo, entre otros, de valorar la diversidad. La historia que nos contaron en Rotterdam creo que merece ser compartida. Allí los seguidores más fanáticos del Feyenoord han inventado unos cánticos funestos en los que se habla de enviar a los judíos a la cámara de gas. «Judíos» es el apelativo en Holanda para los del equipo de Ámsterdam, el eterno rival del Feyenoord: el «Ajax». Los del Ajax suelen sacar pecho de su herencia judía y se proclaman «superjudíos».

Más allá de las actuaciones de la justicia ordinaria (que impone multas de alrededor de 600 euros a quienes realizan cánticos antisemitas) y de prohibir el acceso a las gradas a los aficionados exaltados durante varios años, el club de Rotterdam ha decidido impulsar un proyecto innovador: dar a conocer la verdadera historia de los judíos holandeses a sus fans.

En la investigación previa han  descubierto muchos datos interesantes: han encontrado a judíos que contribuyeron significativamente a la creación del club, aportando, por ejemplo, fondos a la construcción del estadio y han conocido las historias de muchos judíos que defienden con pasión los colores del equipo. Han creado un recorrido con varios hitos, entre ellos una iglesia cercana al estadio en cuyo tejado vivieron escondidas dos familias judías durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial.

Los testimonios  en primera persona son parte importante del proyecto. Eid Frank, el hijo de un activo miembro judío de la resistencia, nos contó cómo su padre, un seguidor del Feyenoord consiguió esquivar la muerte a manos de los nazis pero que estos se vengaron llevando a sus abuelos a los campos de concentración.

Precisamente una de las producciones que ha impulsado el Feyenoord es un vídeo en el que dos jóvenes ultras acompañan a una anciana judía, fan del club, hasta Auschwitz para descubrir que las cámaras de gas de las que hablan en las canciones tan a la ligera son una dolorosa realidad para muchos descendientes del holocausto.

 

 

La idea de crear un recorrido para valorar la herencia judía del Feyenoord es muy inspiradora. ¿Os imagináis el Lavapiés de los Dragones? Se nos ocurren varios sitios que nos ayudan a entender y valorar la gran diversidad de nuestro barrio. ¿Y a vosotros?

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